Monday, March 05, 2007

Abranle la puerta a Gabo


"Los seres humanos no nacen para siempre
el día en que sus madres los alumbran,
sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez"
"Nada de lo que se haga en la cama es inmortal
si contribuye a perpetuar el amor"
Gabriel García Márquez

No importó que lloviera por cuatro años once meses y dos días, hoy celebramos en el Burdel un cumpleaños, por lo que los globos, las velitas y las bebidas abundan entre este mar de legendaria gente pues los habitantes de Macondo llegaron a felicitar al solitario mayor: Don Gabriel García Márquez.
Los gitanos llegaron con el hielo y Melquíades aportó unas cuantas copas de oro para el tan especial brindis, mientras que nuestros arrabaleros no se dan abasto para servir tanto ron entre los invitados que no dejan de abrazar al buen Gabo, en donde participaban con sus respectivas señoritas de Avigñon a lado, Carlos Fuentes, Pablo Neruda, Benedetti, Fidel e incluso Vargas Llosa.
Por su parte los Buendía se han disgregado por todo el Bar, unos bailan y otros cantan alrededor de la pianola mientras que Aureliano y Amaranta Úrsula cuidan de las hormigas a aquel que anunciará la condena de las estirpes condenadas a cien años de soledad, al de la cola de cerdo.
En otra mesa nos acompañan Fermina Daza, Florentino Ariza, el doctor Juvenal Urbino de la Calle y Florentino que enfermos de cólera, por no decir de amor viven el más controvertido triángulo amoroso, pues mientras el primero espera la muerte del otro para lograr su amor con Fermina, mientras que el doctor no encuentra manera de dejar de adivinar los pensamientos de Fermina. Mientras que Florentino le susurra a Fermina que "uno viene al mundo con sus polvos contados, y los que no los usan por cualquier cosa, propia o ajena, voluntaria o forzosa, se pierden para siempre".
Así que no nos dejemos consumir por el tiempo, consumir los polvos, enfermémonos de amor y deseo, aunque al final el sexo sea lo único que nos quede cuando ya no nos alcance el amor.