Tu cuerpo de agua canta. Sus voces me llevan en su corriente.
En la noche de tus manos visito todos tus sueños.
Déjame contarte con las manos los míos.
Me pregunto cuándo fue la primera vez que te miré de otra manera,
cómo fue que una mañana simplemente amaneciste tatuada en mi alma.
Javier Martínez Staines
Con esta noticia abrimos las puertas del burdel para dejar entrar no sólo a las vampiresas sino también a aquellas que algún día nos hicieron comprobar que uno puede estar en una alegría constante, un palpitar desbordante y una risa tonta, y no precisamente por estar bajo el influjo etílico, sino por encontrarnos envueltos por algo más poderoso: el amor.
Podemos decir que el amor es tanto el sentimiento que llena el vacío que embargaba no sólo al cuerpo sino también al alma, haciendo menos dura y solitaria nuestra estancia en la vida. También podemos agregar que justifica nuestra existencia dándole sentido a nuestro ser, hacer y pensar. Para posteriormente revisar que también es el sentimiento más egoísta cuando tratamos de adueñarnos de la libertad del otro y ese otro de la nuestra.
Pero entre tanta definición y discurso, poema y soneto, demos paso a esta amena charla arrabalera en donde no hay mayor pretensión que la de hablar sobre aquellos instantes inmortalizados y hurtados al tiempo que han logrado capturar la esencia dialéctica del amor y del deseo, logrando interpretar las sensaciones dadas como signos de leyes e ideas para convertirlas en quimeras que perfuman la piel, que se paladean en cada trago de saliva y que sobre todo pueden traspasar miradas.
Podemos decir que el amor es tanto el sentimiento que llena el vacío que embargaba no sólo al cuerpo sino también al alma, haciendo menos dura y solitaria nuestra estancia en la vida. También podemos agregar que justifica nuestra existencia dándole sentido a nuestro ser, hacer y pensar. Para posteriormente revisar que también es el sentimiento más egoísta cuando tratamos de adueñarnos de la libertad del otro y ese otro de la nuestra.
Pero entre tanta definición y discurso, poema y soneto, demos paso a esta amena charla arrabalera en donde no hay mayor pretensión que la de hablar sobre aquellos instantes inmortalizados y hurtados al tiempo que han logrado capturar la esencia dialéctica del amor y del deseo, logrando interpretar las sensaciones dadas como signos de leyes e ideas para convertirlas en quimeras que perfuman la piel, que se paladean en cada trago de saliva y que sobre todo pueden traspasar miradas.
