El juego del deseo que nos envuelve en cada acto, pues Eros se torna amorfo ante la presencia de fantasias que trasforman la realidad.
Si para Renoir el tema que más se presta para ser abordado con la máxima libertad de técnica es el paisaje, para éste par de arrabaleros lo serán entonces las mujeres. Oh mujeres divinas! que por ellas hay hombres como éstos que se pueden perder en el alcohol hablando y recordando, trayéndolas a la vida nuevamente.
Y que mejor que sacarlas de atrás de un platón de frutas, de la filosofía y del arte para engalanar el entorno. Empezando por supuesto por las más caras , las más antiguas … aquellas que dan abrigo, que traducen el deseo y las caricias en efímeros instantes que se desvanecerán en la piel.
Mujeres etéreas, diosas, musas, mortales y fatales que nos entregan en chalora de unicel (por el momento) a éste par de soñadores burdelescos que se encargarán de conducirnos por éste y otros temas aquí en El Burdel Metafísico ( cualquier parecido con la realidad , o alusión pastiche a Apollinar es pura , llana y rara coincidencia).