En un minuto hay muchos días.
William Shakespeare
Mucha gente deseosa de alcanzar la inmortalidad
no sabe qué hacer en una tarde lluviosa de domingo.
Anónimo
no sabe qué hacer en una tarde lluviosa de domingo.
Anónimo
En el Burdel Metafísico, el lugar donde siempre es de noche, esta vez la semana se dividió en días que señalaban a los dioses, a los planetas y a los augurios.
Lunes, martes y miércoles podrían ser los días en que nuestro par de arrabaleros Iván Córdoba y Julio García brindan y comparten con los clientes del Burdel, ya que al principio de la semana las promociones están mas que puestas para aminorar el Blue Monday, y los martes de "mala suerte" que en este lugar por lo general es de muy buena con tanta señorita de Avigñon paseándose coquetamente.
Mientras que el jueves, viernes y sábado es cuando el lleno es total, pues con un jueves social, es más fácil llegar a un viernes sexual; y que decir del sábado, día de Saturno y por supuesto de una fiebre nocturna.
Y para finalizar, el domingo principio o fin de la semana, consagrado al Sol y al descanso divino, es ideal para visitar a nuestros anfitriones que siempre tendrán además de buena música, un tema sugestivo para entablar la plática acompañada de señoritas encantadoras, una cabra devoradora de libros, un murciélago siempre embriagado no de sangre sino de ron, una voz seductora y un productor que funge como un Dios malicioso que hace que todo se mueva de la mejor manera.
Lunes, martes y miércoles podrían ser los días en que nuestro par de arrabaleros Iván Córdoba y Julio García brindan y comparten con los clientes del Burdel, ya que al principio de la semana las promociones están mas que puestas para aminorar el Blue Monday, y los martes de "mala suerte" que en este lugar por lo general es de muy buena con tanta señorita de Avigñon paseándose coquetamente.
Mientras que el jueves, viernes y sábado es cuando el lleno es total, pues con un jueves social, es más fácil llegar a un viernes sexual; y que decir del sábado, día de Saturno y por supuesto de una fiebre nocturna.
Y para finalizar, el domingo principio o fin de la semana, consagrado al Sol y al descanso divino, es ideal para visitar a nuestros anfitriones que siempre tendrán además de buena música, un tema sugestivo para entablar la plática acompañada de señoritas encantadoras, una cabra devoradora de libros, un murciélago siempre embriagado no de sangre sino de ron, una voz seductora y un productor que funge como un Dios malicioso que hace que todo se mueva de la mejor manera.
